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El Foro "Corriente de Opinión Ciudadana" fue fundado en la ciudad de Mendoza - Argentina en el año 2000- y sus integrantes son: Dr. Roberto Chediack; Dr. Roberto Follari; Prof. Elsa Pizzi; Dra. Esther López; Dr. Jorge Barandica; Cont. Oscar Santarelli; Prof. Olga Ballarini; Lic. Walther Marcolini; Cont. Pedro López; Arq. Ennio Fattiboni; Mag. Pedro Zalazar

miércoles, 5 de agosto de 2009

Ediciones Culturales: El asunto es cumplir con la ley
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leonardocastellano

El libro y sus carencias, en discusión.

Los aportes al debate sobre el destino del libro en Mendoza continúan. Esta vez, es el escritor Pedro Zalazar quien entrega su visión sobre la falta de legislación referida al mundo de la cultura y, en particular, del libro y de los órganos oficiales con responsabilidades. Asegura: “Es hora que pensemos la cultura como parte ineludible del desarrollo humano y no con mentalidad de contador de caja chica”.

por ULISES NARANJO


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Continuando con el debate iniciado en nuestro diario respecto de la presencia o ausencia de políticas culturales relacionadas con el libro en Mendoza, llega el turno de un nuevo escritor, Pedro Zalazar, quien, además, se ha ocupado de estudiar el tema de la jurisprudencia existente al respecto.

En el análisis de este Magíster en Políticas Culturales, en la provincia hay una doble carencia: por un lado de leyes que faltan y, por otro, de leyes que existen y no se cumplen; de hecho, algunas ni siquiera se han reglamentado.

Aquí el listado de notas hasta ahora publicadas:

Inició la serie Sonnia De Monte.

Continuó éste que escribe, Ulises Naranjo.

Siguió el escritor, poeta, corrector y editor Alejandro Frías.

Luego, fue el turno del poeta y librero Carlos Levy.

Finalmente, Julio Rudman salió a decir lo suyo.


Ahora es el turno de Pedro Zalazar, quien inicia su aporte con una recomendación de la UNESCO. Es ésta:

“Reconociendo que las artes, en su acepción más amplia y completa, son y deberían ser parte integrante de la vida y que es necesario y conveniente que los gobiernos contribuyan a crear y mantener un clima propicio a la libertad de expresión artística, sino también las condiciones materiales que faciliten la manifestación de este talento creador.

“Dado que la obra de arte no debe considerarse como bien de consumo ni como inversión, se invita a los Estados Miembros a estudiar la posibilidad de suprimir los impuestos indirectos sobre el precio de una obra de arte o de una representación artística a nivel de su creación, su difusión o su primera venta, en beneficio del artista o el desarrollo de las artes. (*)
(*) Párrafos de la Recomendación Relativa a la Condición del Artista aprobada por la UNESCO en 1980 y ratificada por la Nación Argentina como Pacto Internacional por ley 24.269 del 15/12/1993.



De barba, Pedro Zalazar, aquí junto al músico Javier Rodríguez.

Ahora, transcribimos, textuales, los interesantes dichos de Pedro Zalazar:

“Hay que considerar que la ley 5864 – 23/7/1992: Creación Organismo Ediciones Culturales de Mendoza, -y estoy convencido que en esto mucho tuvieron que ver las comisiones de Hacienda y Presupuesto de ambas Cámaras- es un simple dechado de buenas intenciones, como normalmente sucede con todas las leyes del área de Cultura: Ley 3793 – 26/1/72 Bienal de Artes Plásticas; Ley 4225 – 1/12/77 Bienal de Literatura; Ley 5842 – 23/4/92 Comedia Provincial y Ley 6334 – 4/10/195 Creación del Sello Grabador.

Todas estas leyes están vigentes y no se cumplen e incluso algunas no están reglamentadas.

Entonces uno debe plantearse seriamente para que vivimos en un Estado de Derecho si los funcionarios no cumplen con la Constitución Provincial y Nacional y tampoco las leyes.

Tampoco se respetan y conocen los Pactos Internacionales incorporados a la Constitución Nacional y por ende no se respeta la juridicidad del Estado.

Creo que nuestros políticos y la sociedad toda deben entender que la forma de hacer política es parte de nuestra cultura y lamentablemente el resultado no es muy halagüeño.

Hemos perdido la capacidad de leer y consecuentemente nuestro pensamiento crítico se ha ido atrofiando con el paso de los años. Damos “prioridad” a la seguridad; vivienda; salud y educación, sin entender por qué los problemas se agravan cada vez más; sin comprender que cada vez hay mayor cantidad de gente excluida del sistema porque no saben razonar.

¿Cómo se soluciona esto? Pues enseñando eficazmente a leer a nuestros niños y jóvenes; analizando los textos y desarrollando así el pensamiento crítico y consecuentemente todas las propiedades del cerebro.

¿Cuál es entonces el apoyo que debemos brindar a nuestros escritores, más allá del hecho artístico-creativo? La difusión de sus obras en escuelas y bibliotecas populares; alentar a los niños y jóvenes a tener su texto amado; lectura en voz alta y silenciosa y juegos teatrales.

Esto no es un capricho. Lo hizo Francia en 1998 y en sólo 2 años, 2 años, acabó con el problema de comprensión de la lectura.

Mendoza necesita una nueva ley de Ediciones Culturales, que no solo contemple la edición de libros, sino y lo más importante su distribución, que como dijimos más arriba, puede comenzar con las escuelas y bibliotecas; universidades y por convenio, con otros organismos del país y el extranjero.

Y por favor, a los señores dirigentes políticos, es hora que pensemos la cultura como parte ineludible del desarrollo humano y no con mentalidad de contador de caja chica.


Pedro Zalazar
Magíster en Políticas Culturales.
Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/149585

domingo, 2 de agosto de 2009




SOCIALES

Entrevistas
1 de Agosto de 2009 07:50
Roberto Chediack
"En salud, la lucha por el dinero es despiadada"
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Nacho Gaffuri / MDZ
Roberto Chediack en MDZ.
Médico pediatra.
por Gabriel Conte



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En medio de la histeria por la Gripe A quisimos hablar con médico sobre la salud de los mendocinos, pero sin mencionar a la famosa gripe. No lo logramos, pero hicimos un considerable esfuerzo en una hora de charla con Roberto Cheadiack.
Se trata de un médico retirado, que no cuenta cuántos años tiene no por coquetería, sino porque es lo de menos en esta charla. Se le nota la “cancha” de los años vividos y acredita luchas públicas en materia de salud. Pasó por los centros barriales de Godoy Cruz y se formó como pediatra en el viejo hospital Emilio Civil, en donde comenzó, por años 50, a cuestionar el avance del mercantilismo frente a lo sanitario; del mandato del consumismo frente a los reales requerimientos de la población para estar vivos y, si fuese posible, sanos.
Esta vez llegó sólo a la sede del diario. Otras veces, lo ha hecho con amigos entrañables, que ya no están. Y esas ausencias se le notan en su gesto amargado: no está “el cura” Jorge Contreras con quien una vez por semana compartía un puchero; no está Luis Triviño, compañero del Foro Corriente de Opinión Ciudadana. Y tampoco está desde hace un tiempo, Juan Palavecino, el histórico luchador por los derechos vulnerados de los jubilados.
Después de sus luchas pasadas ahora lucha contra el anacronismo, pero lo hace con una herramienta desacreditada: la palabra y el conocimiento que da la vida y la experiencia.
“Nada remplaza a la relación que debería haber entre un médico y un paciente; nada”, insistirá muchas veces a lo largo de la nota. Prudente, intenta no hablar del Gobierno y del presente, pero no logra evitarlo cuando se toca el tema de la ausencia de los funcionarios de la Salud en momentos de crisis. Discreto, sólo habla de “una falta a la ética”.
Cita a Favaloro y critica a los médicos que sacan ventaja de recetar tomografías, radiografías, cirugías o remedios a sus pacientes para obtener una “participación” de lo que pagan sus derivados. Pero critica más aun que el Estado no controle esto y que no estimule con buenos salarios a su recurso humano para Salud.
“El pobre –dirá Chediack a lo largo de la charla- es que el que más sufre lo caro que le sale ir al médico”. Pero pondrá fichas, una vez más, en la formación de los futuros médicos, en la medicina preventiva y en su primer amor: los centros barriales de salud.
- La primera pregunta es un cliché, doctor Chediack, pero necesitamos su respuesta: ¿cómo está la salud del sistema sanitario? Para entrar en tema…
La salud ha dejado de ser un servicio para convertirse en una mercancía. Si tenemos un servicio de salud conceptualmente tecnocratizado y excluyente, los sectores de menos recursos tendrán menos viabilidad. Lo que tenemos entonces es una medicina en gran medida centrada en lo curativo y en lo asistencial, pero no una medicina capaz de prevenir. Hay un énfasis en lo privado y una dispersión de subsectores, con las prepagas, las obras sociales, con numerosas mezclas entre público y privado que determinan que no exista un “sistema” de salud sino, precisamente, una atomización de subsistemas. Pero el Estado sigue siendo la columna vertebral.
- ¿Cómo está Mendoza en relación al país con este tema?
Yo diría que Mendoza tiene una buena infraestructura de salud estatal que permitiría contar con un buen servicio. Uno está ahí; falta el servicio.
- ¿Cuánto le suma o resta a la calidad del servicio el recurso humano existente, principalmente los médicos?
Lo que pasa es que la formación del recurso humano es coherente con lo que reclama de la sociedad. Tiene una formación muy tecnocrática. Los médicos están haciendo un uso tecnocrático de la tecnología: de a poco, se ha ido perdiendo las habilidades del conocimiento, de hacer una historia clínica del paciente, por ejemplo, que es la forma de relacionarse humanamente. En definitiva, yo creo que la medicina no es distinta a la sociedad que tenemos.
- ¿Y cuál es esa sociedad en la que vivimos?
Tenemos una sociedad deshumanizada y consumista. Por ejemplo, el médico del centro de salud es subvalorado frente a los mal llamados “especialistas”. Inclusive, hoy en día una consulta a un especialista de cualquier tipo es más valorada en dinero que a la de un clínico. Y la salud va par ese lado.
- ¿Qué hace un pobre que no tiene obra social cuando tiene un problema de salud?
Tienen los centros de salud y los centros de salud no tienen por qué no atender bien. Yo he atendido muchos años en centros de salud de barrio. Un médico debe atender igual en un consultorio privado que en un centro de salud.
- Lo que pasa es que no pasa eso. La gente tiene que ir a pedir turno a las 3 o 4 de la mañana para conseguir que alguien lo atienda, aunque esté muy enfermo…
No en todos los casos pasa eso. Se puede planificar. Hay fallas en la organización del sistema. Yo estoy convecido de que se pueden dar turnos diferidos. Una cosa es el control sano y otra las urgencias. Hay formas de organizar esto. Pero hay una buena cobertura de centros de salud que podrían andar mucho mejor: en ellos trabaja gente muy abnegada y hay otra que no. Yo soy partidario de que dividamos las cosas: la gente que trabaja en el Estado, que lo haga solamente en el Estado, como pasa en España o Inglaterra.
- Hace un año atrás el propio decano de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuyo -Roberto Vallés- propuso lo mismo, sentado junto a usted en este mismo sitio. Recuerdo que estaba Ricardo Landete, el subsecretario de Planificación de la salud, ¿lo recuerda?
Sí claro y fue un muy buen encuentro. En estas circunstancias, como se vio con la gripe, nos damos cuenta que ante situaciones de emergencia, el sostén del sistema de sanitario es el estado y no lo privado. El servicio privado se respalda en el Estado. Nosotros tenemos un sistema de salud muy parcelado. Uno pensaría que la Osep o el Pami podría encontrar un punto de encuentro para ofrecer a más de un millón de personas un sistema de salud más ordenado… Pero no es así.
- ¿Debería existir una política pública, una única decisión del Estado en torno a cómo debe funcionar cada efector, cada pieza que compone un sistema de salud?
Uno hace recomendaciones…Los viejos médicos hacían más énfasis en la relación médico paciente, cosa que hoy se le confía a un aparato, a los elementos de la tecnología. El aparato no sufre miseria ni frío. La base de un acto médico es la relación medico paciente, por medio de una entrevista tranquila y personalizada, construyendo y releyendo la historia clínica, luego de un interrogatorio o de indagar desde los afectos y las cosas cotidianas. La tecnología sirve para mejorar un diagnóstico o para recomendar un mejor tratamiento en función de un diagnóstico. Pero no puede estar desenganchado del acto médico. Ahora, mucha gente va a ver a un médico y le piden análisis, radiografías, tomografías…Y, además, antibióticos, cuando en realidad debería normalizarse qué medicamentos y en qué casos deberían recetarse, para cortar con los abusos. Hoy en día se gasta mucho más en salud que antes. Indudablemente, a la gente le cuesta más la salud ahora por todo esto.
-…Tal vez la gente ahora también pretenda competir con el médico, metiéndose a Internet y viendo cómo superar una dolencia…
No sé si es así...Pero a mi me pasaba que, si frente a una herida de un chico o cualquiera yo recomendaba tratarla con agua y jabón, daba idea de ser un médico viejo. Y la gente desconfía de las recomendaciones simples que no tienen tecnología de por medio. ¡Te consideran anacrónico! Un poco debe pasar como la epidemia actual: el agua y el jabón siguen siendo un elemento de primera línea, como limpiar las superficies con un poquito de lavandina. Eso no dejará de estar vigente. Pero a muchos eso les parecen recomendaciones de médico viejo porque ven cantidad de propagandas de elementos milagrosos que supuestamente son mejores que el jabón y la lavandina. Pero lo que pasa es que ¡son caros!, ¡mucho más caros! Pero mucha gente piensa que son más eficaces que lo tradicional y barato. Por ejemplo: el barbijo protege, pero no impide. No es para que lo use la gente en todos lados.
- Pero convengamos que alguna gente, si pudiera, se cubriría con un gran preservativo y se iría a juntar con miles en el shopping, ¿no?
Igual que todas las cosas…Es más lo que sufren los pobres porque no tienen una casa con calefacción, porque están mal nutridos, porque tienen el acceso mas restringido a la salud.
- Tengo la idea de que los más necesitados son, precisamente, los más preparados para prevenir. Saben que no tienen con qué ir a comprar los remedios y por eso se cueidan más. ¿Me equivoco?
No sólo es así porque están fuera del consumo: en los pobres hay menos estupidez. Las clases altas sufren de una enfermedad incurable que es la estupidez humana. Aunque sufren más otras enfermedades que son patrimonio de los pobres, como la tubercolisis, el chagas…
- Dejemos a un costado la Gripe A: ¿qué queda como servicio sanitario en Mendoza? Hay un dicho que dice: "Si te duele la cabeza, tomate una aspirina; pero si tenés algo más grave, lo que tenés que tomar es un avión".
Yo no creo que ese dicho sea cierto. A veces se exagera hasta en equipamiento. El Notti es un hospital de referencia regional, el Central atiende las emergencias como nadie. No hay que descuidar lo público. Cuando se habla de la gente que no tiene cobertura sanitaria no es tan así: tiene el apoyo de lo público. Cuando yo tenía niños graves, los internaba en el Emilio Civit. Porque si bien tenía peores condiciones de hotelería, tenía mejor atención médicas. Yo sabía que en el hospital público recibirían mejor atención.
- ¿Sigue siendo así?
Yo creo que sí, sigue siendo así. Hay mucha gente, algunos políticos de cierto prestigio que cuando han tenido accidentes, han ido al Hospital Central. Lo que si creo también, es que hay que modificar muchas cosas que están mal…
- Pero hay gente que llega al Central accidentada que pasa cinco horas en una camilla esperando que alguien la atienda y se muere en el intento…
¡Seguro que sí! Pero es un problema que debe solucionarse. Los turnos, los horarios y la falta de canales humanos de comunicación fallan: los administrativos a veces son muy fríos. La gente, hay que decirlo, concurre por una gripe o una fiebre al hospital cuando debería ir al centro de salud. A veces, el 80 por ciento de lo que se atiende en una guardia no es de emergencia, sino que merece un abordaje en otro lugar y momento. En toda guardia se atiende mal porque su misión es solucionar la emergencia y por eso atienden rápido. Falta mucho de organización y sistematización de los centros de salud: ¡ahí falta aplicar tecnología! En lo administrativo, en la programación de los turnos y más contacto humano en saber por qué alguien recurre al centro de salud. También es necesaria una mayor educación popular sobre el tema, que lo tendría que hacer el médico.
- ¿Pero con qué actitud un médico recibe a un paciente?
Yo insisto en mi opinión sobre que los médicos hacen una tarea muy asistencialista y poco preventiva y social. En mis épocas, en los días en que tenía menos trabajo, salía del centro de salud al barrio a ver qué chicos no estaban vacunados todavía y me los llevaba a vacunarlos.
- Pero si el médico está apurado en el centro de salud para irse a su clínica en donde lo están esperando pacientes que pagan y pagan mucho mejor, no pensemos en que va a salir al barrio a hacer esa tarea hoy en día…
Así es. Hay mucha gente que no cumple. Pero insisto en que en esta sociedad no se trata igual al pobre que al rico y al rico de aquel que tiene nombre y apellido. Al pobre le toca, por lo general, el turno 14 o 15. Yo siempre cuento una anécdota: si en un consultorio a un paciente con plata se lo llama como “Juan Pérez, pase”. Si es de obra social, solamente el apellido. Y si es pobre, se le da un número. Es así. Se categoriza.
- No sólo por la capacidad económica…Hay veces en que los diez primeros números están guardados para “acomodados”.
En un centro de salud es menos frecuente eso, porque generalmente el médico conoce mucho más a los pacientes.
- Aunque entre el médico y el paciente hay mucho personal que toma decisiones antes de que llegue el médico…
Es cierto que muchas veces las trabas no están en el médico sino en su personal. Eso habla también de una muy poca dedicación. Ya no se encuentra a un médico que sufra junto con el paciente, son muy pocos. En el caso de un amigo, en el Pami el médico de cabecera se enteró por los diarios, debido a la celebridad de su paciente, que éste se había muerto, por esto de pasar de guardia en guardia. No salen los nuevos médicos preparados desde el punto de vista social, cultural y tecnológico para ejercer la medicina. Hay una marcada diferencia en cómo se atiende desde el punto de vista de hotelería entre lo publico y lo privado.
- ¿Esto se ve cada vez más claramente?
Desgraciadamente es así. Pero los sistemas de salud de otros países son muy buenos y hay que mirarlos.
- ¿Le parece que hay que resignarse a esa fórmula de menos hotelería y más medicina?
Por supuesto que no, eso debe y puede cambiarse. El día en que la sociedad lo entienda, en lugar de darle importancia a tener bancos impecables y bien atendidos, en donde sólo se guarda plata, se le dará más interés a tener escuelas y centros de salud impecables. Será cuando nos demos cuenta que es más importante guardar una vida que dinero. Acá se le da importancia al lujo de algunas cosas. Tenemos que ver prioridades y los pacientes deben tener centros de salud modestos, pero en donde se sientan cómodos. El centro de salud y la escuela, deben ser el mejor lugar del barrio. Siguen siendo los lugares más convocantes para la gente. Pero eso merece un giro cultural de quienes atienden. Lo que si creo es que el Estado sí podría estimular más a los médicos para la atención primaria.
- ¿De qué manera?
Capacitándolos, permitiéndoles que hagan cursos. No podemos encerrarlos durantes los doce meses del año en un centro de salud sin que hagan alguna pasantía o actualización.
- ¿Tiene que ver el salario que cobran con la mala atención?
En la clínica tienen un estímulo económico de otro tipo. Reciben más plata. Ya lo denunció Favaloro en su famosa carta cuando habló de los “ana-ana”, la coparticipación de honorarios. Si vos mandás para que te hagan una radiografía, te dan una pequeña participación; si lo mandás a cirugía, otra participación y lo mandás a laboratorio, igual. Hay una coparticipación de honorarios, mientras que en el Estado hay sólo un sueldo. Pero bien: yo no coincido con los médicos que dicen que “para lo que me pagan…”, o “como no me pagan bien, yo no atiendo bien”. ¡En absoluto se lo deben hacer pagar al paciente!
-…Una especie de “pagá vos con tu salud lo que a mi no me paga el Estado…”
Exacto. No debe ser así. Hay que blanquear la cosa. Hay que cambiar eso. Necesitamos un sistema de salud con muchos más médicos trabajando full time. No sólo médicos, sino enfermeros y trabajadores full time, con una mayor dedicación. Porque se sobrevalora a los especialistas en detrimento de los médicos clínicos. El clínico es el médico que debe estar mejor formado, pero la realidad indica que el especialista gana mucho más que un clínico.
- ¿Por qué no hay pediatras en Mendoza, como dijo hace poco el subsecretario Landete?
Todo eso se puede estimular. Hay que avisarle a Landete. Pero en la medida en que haya una política clara. Lo que pasa es que ganan más plata los que hacen manos, o dedo gordo del pié: los “especialistas”. Los clínicos y pediatras han sido muy bastardeados en algunos aspectos. Es obligación del estado estimularlo, ¡no salir a explicar lo que falta! El estado debe tener un rol protagónico. Lo que pasa, es que es muy probable que piensen que medidas necesarias como esa sólo van a dar fruto en el gobierno que viene o dos gobiernos después de éste y, por eso, no lo hacen. Como no verán los frutos ahora…lo dejan pendiente. Pero debería juntarse el Gobierno con la Universidad para afrontar esta situación y planificar la salud de Mendoza.
- ¿Existió ese diálogo alguna vez en estos años de democracia entre Gobierno y Universidad?
No. Porque no hay un “sistema de salud”. El último intento –que yo valoro muchísimo- fue el intento de Aldo Neri, allá por 1985. Intentó diseñar un sistema de salud nacional. Tendría que haber uno nacional con pautas que determinen cómo se mueve lo público y lo privado. Pero eso fue bastardeado por muchas de las industrias del medicamento, las obras sociales y otros intereses. Todavía lo valoro como el último intento muy interesante en la materia. Si bien la Argentina es un país federal, debería tener una política nacional sobre medicamentos, uso de tecnologías, etc.
-Volviendo al uso y abuso de las tecnologías de las que hablaba y que ahora vuelve a mencionar, ¿hay que resignarse o hay salida?
Yo creo que hay que monitorear con auditorías el uso de tecnologías; se puede. En España, por ejemplo, no todo el mundo anda pidiendo tomografías, sino que hay unos filtros y deben acreditarse suficientes justificaciones para utilizar las tecnologías complementarias.
- ¿La gente “colabora”, digamos, exigiendo su uso, como usted bien decía antes?
La histeria social, en medio de una pandemia como la actual, por ejemplo, genera respuestas no adecuadas del propio Estado. Hay un Estado débil, pero poco se puede hacer cuando además de débil se está inactivo.
- …O viajando, como ocurrió con los funcionarios mendocinos de salud, ya que trae a colación el tema coyuntural…
Una total falta de ética. Eso fue viajar en medio de la pandemia. No se le da licencia al personal de salud aludiendo a una emergencia…y sus responsables se van…Pero además, se hace poco.
- ¿Hay gente con ganas de meterse al Estado a trabajar por la salud? ¿Los partidos políticos están pensando en cómo cambiar esta realidad?
Yo creo que a los partidos políticos les interesa bastante poco el tema de la salud. Están muy metidos en el tema de la coyuntura. Rodolfo Montero, hace muchos años, sostenía que había que tener dos equipos: además del coyuntural, un grupo de gente trabajando exclusivamente en lo estratégico. Si no, se actúa exclusivamente en lo que pasa ahora. Si pensamos estratégicamente, tenemos que definir cómo articulamos lo público con lo privado, como lo implicamos y controlamos, cómo incluimos a las obras sociales nacionales como el Pami. En definitiva, cómo integramos los subsectores en un “sistema”. Porque la lucha de cada subsector por el dinero es despiadada.
Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/148065

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